Las finanzas útiles son las que se comprenden

Mis 4 normas básicas para no ser un financiero gris

Es habitual oír que un director financiero es el principal enemigo de un CEO. Que este último es quien tiene todo tipo de ideas disparatadas, y entonces el pobre financiero aparece por detrás como el mayordomo de Batman, como un corta-rollos a sueldo, como un cenizo que conduce con el freno de mano echado. Y le para los pies, le hace entrar en razón.

¿Cuánto tiene de cierta esta idea? ¿Son las finanzas un enemigo de la creatividad? ¿Estoy yo, como consultor financiero, obligado a ser un tío gris?

Muchos de mis clientes tienen mentes creativas, y siempre intento que mi trabajo sirva para abrirles más puertas de las que cierro. Hoy te cuento cómo hablo de números con personas creativas y cuál creo que es el verdadero enemigo de las buenas ideas.

Estos son mis 4 principios básicos

Dejémoslo claro: las finanzas pueden ser un gran enemigo de la creatividad, todo depende de la flexibilidad y la imaginación de quien las dirige. Para evitarlo, yo trabajo con estas 4 máximas:

  1. El financiero y el creativo han de hablar el mismo idioma. Muéstrale al CEO de una agencia de comunicación una tabla dinámica llena de siglas y ratios en cursiva. Puede que te admire como yo admiro a quienes estudian los agujeros negros, pero la realidad es que no se va a enterar de nada. Este es el motivo por el que las asesorías fiscales y laborales tradicionales fracasan a la hora de acompañar a las empresas: nadie las entiende. Las únicas finanzas que sirven para algo son las que se comprenden. Las que se pueden observar, las que calan y las que inspiran incluso a aquellos que no tienen ni idea de economía.


  2. Mi función no es decir que no. Como director financiero, no tengo una bola de cristal para saber si una idea va a funcionar. Pero no por ello voy a oponerme a cualquier idea que se salga de mi método o de mi experiencia. La verdadera labor del financiero es preguntarse qué debería ser cierto para que una idea funcione: por un lado, qué condiciones favorables deberían darse en el mercado y, por otro, qué recursos podemos utilizar para que la apuesta tenga éxito.

  3. Los informes financieros han de permitir la creatividad. En un entorno de constante cambio, es casi imposible prever los ingresos y costes de una empresa a 12 meses vista. Pero hay algo más peligroso que la incertidumbre: que las herramientas que hemos creado bloqueen nuevas ideas durante un año entero. Sobre todo en empresas jóvenes, los presupuestos que mejor funcionan son los más cortos y los que pueden ser modificados si la serendipia lo requiere. Cuando eso pase, un buen director financiero sabrá adaptar la empresa para que las nuevas oportunidades se hagan realidad.

  4. La creatividad florece cuando lo más básico está controlado. Si un niño juega en un parque bajo la atenta mirada de sus padres, se dedicará a explorar con sus amigos. Pero, si los padres desaparecen, el niño entrará en pánico y dejará de jugar hasta que los encuentre. El juego es tan esencial para un niño como la innovación lo es para un CEO. Si tiene las finanzas básicas bajo control, podrá dedicar todo su tiempo y energía en innovar y en pensar en el largo plazo. En cambio, si pierde la pista sobre dónde está yendo el dinero, empleará toda su energía simplemente en sobrevivir.

¿Cuál es el peor enemigo de una buena idea?

Todos los días nacen millones de buenas ideas. Muchas se las lleva el viento y otras tantas mueren por escasa planificación. El papel del asesor financiero es allanar el terreno para que las nuevas ideas puedan brotar, para que bajen a la tierra y puedan ponerse en práctica. Solo entonces la creatividad tiene sentido.

El enemigo de las buenas ideas no suele ser la planificación; más bien el descontrol, la incertidumbre y el miedo. Por eso, estoy convencido de que el verdadero enemigo de la creatividad no son las finanzas sino, precisamente, la falta de ellas.

Si has llegado hasta aquí, gracias por leer.

Soy Eduardo Caballero, en 2020 fundé la consultora Better Than Yesterday con el objetivo de ayudar al máximo de gente posible a tener el control de su proyecto y hacerlo realidad.

Buena semana.